Nos tiramos literalmente de cabeza y nadamos un poco, después de un par de largos me sentía como nueva. Salí de la piscina y me senté en el bordillo quedando mis pies sumergidos en el agua mientras Paul seguia nadando un poco más y pude ver como su cuerpo se movía con soltura bajo el agua ya que era casi hipnótico ver sus movimientos, sus brazadas, sus músculos contrayéndose una y otra vez...Tragué saliva.
Un calor totalmente diferente estaba comenzando a surgir de mi cuerpo exactamente en el interior de mis piernas, cuando terminó de nadar un par de lagos más se paró y se situó frente a mi intentando normalizar su respiración. Apoyó sus manos en mis rodillas y mi cuerpo automáticamente se estremeció ante el contacto de sus manos. Dios, que ganas tenía ya de él seguramente me lo estaba notando en la mirada que le estaba echando en aquellos momentos y no pude sino pasar la lengua por mis labios.
- ¡Ay Paul! No se que me estás haciendo.
- ¿Yo? ¿Qué he hecho ahora? Preguntó bastante sorprendido.
- ¿No ves como estoy? Eres un hombre depravado y provocador.
Una carcajada bien sonora escapó de sus labios.
- Si yo no he hecho nada pequeña. Me decía al tiempo que hacía círculos en mi bajo vientre.
- Y si no has hecho nada... ¿Cómo me explicas que esté tan húmeda?
- Pues básicamente por que acabas de bañarte y estás mojada.
Cogí su mano y la posé en mi sexo por encima de la braguita del bikini.
- No me refiero a eso, me refiero a ésta parte de mi cuerpo exactamente.
Sus ojos y su boca se abrieron de forma visible y me sonrió de manera muy sexy, no se esperaba esa reacción mía tan espontánea.
- Por cierto cariño, puedes comprobarlo por ti mismo.
Dejé que la última decisión fuese suya de él dependía que esto continuase o no. Su mano se quedó quieta sin moverse un solo milímetro hasta que decidió actuar, y lejos de apartar su mano de mi sexo comenzó a recorrerlo de manera lenta y sensual, yo me mordía el labio inferior mientras su mano viajaba al interior de la braguita de mi bikini introduciendo uno de sus dedos de golpe lo que me causó un gemido de excitación y sorpresa. Paul introducía y sacaba el dedo de manera tortuosa haciendo que mi estómago se contrajese para a continuación introducirme otro dedo más. Me miraba fijamente y yo no le apartaba la mirada, me evaluaba y así podría saber mis reacciones y la forma en la que tendría que actuar para seguir dándome placer, pero de repente paró y sacó sus dedos de mi interior. ¿Por qué paraba?
Al ver mi expresión sonrió maliciosamente y acercó su boca a mi sexo retirando con sus hábiles dedos la braguita de mi bikini a un lado y recorriendo todo mi sexo con su lengua. Poco podía ya hacer más que jadear y suspirar y agarrarme con las dos manos a ambos lados del bordillo de la piscina. Agarré su pelo y le incité para que fuese más rápido, más fuerte y con más energía. Estaba por estallar y mi tripa se contraía estaba a punto de llegar al clímax cuando Paul paró de nuevo. Abrí los ojos de golpe y lo miré bastante sorprendida ¿Por qué había parado de nuevo?
- Échate para atrás Claire. Me dijo con una voz muy ronca.
Hice lo que me decía mientras él salía del agua y se colocaba de pie frente a mí mirándome hacia abajo desde arriba y sonriéndome de una manera deliciosa. Me fijé entonces en su tremenda erección que sobresalía de su bañador, entonces se acercó a mi y junto su boca con la mía en un beso feroz con necesidad. Con un deseo increíble se quitó el bañador y se colocó sentado detrás de mí apartó mi braguita de nuevo y sin ningún tipo de delicadeza me penetró fuertemente, pues era lo que ambos necesitábamos en esos momentos. Se movía rápido, con urgencia y pude notar como también estaba muy excitado por la situación y por el momento.
Mi cuerpo comenzó entonces a convulsionar debido a sus fuertes y duras embestidas y estallé llegando al clímax por fin. Paul no tardó mucho en seguirme y dejo caer su cabeza sobre mi cuello susurrando mi nombre. Ambos teníamos la respiración acelerada, había sido un polvo rápido, de urgencia y muy excitante.
Un calor totalmente diferente estaba comenzando a surgir de mi cuerpo exactamente en el interior de mis piernas, cuando terminó de nadar un par de lagos más se paró y se situó frente a mi intentando normalizar su respiración. Apoyó sus manos en mis rodillas y mi cuerpo automáticamente se estremeció ante el contacto de sus manos. Dios, que ganas tenía ya de él seguramente me lo estaba notando en la mirada que le estaba echando en aquellos momentos y no pude sino pasar la lengua por mis labios.
- ¡Ay Paul! No se que me estás haciendo.
- ¿Yo? ¿Qué he hecho ahora? Preguntó bastante sorprendido.
- ¿No ves como estoy? Eres un hombre depravado y provocador.
Una carcajada bien sonora escapó de sus labios.
- Si yo no he hecho nada pequeña. Me decía al tiempo que hacía círculos en mi bajo vientre.
- Y si no has hecho nada... ¿Cómo me explicas que esté tan húmeda?
- Pues básicamente por que acabas de bañarte y estás mojada.
Cogí su mano y la posé en mi sexo por encima de la braguita del bikini.
- No me refiero a eso, me refiero a ésta parte de mi cuerpo exactamente.
Sus ojos y su boca se abrieron de forma visible y me sonrió de manera muy sexy, no se esperaba esa reacción mía tan espontánea.
- Por cierto cariño, puedes comprobarlo por ti mismo.
Dejé que la última decisión fuese suya de él dependía que esto continuase o no. Su mano se quedó quieta sin moverse un solo milímetro hasta que decidió actuar, y lejos de apartar su mano de mi sexo comenzó a recorrerlo de manera lenta y sensual, yo me mordía el labio inferior mientras su mano viajaba al interior de la braguita de mi bikini introduciendo uno de sus dedos de golpe lo que me causó un gemido de excitación y sorpresa. Paul introducía y sacaba el dedo de manera tortuosa haciendo que mi estómago se contrajese para a continuación introducirme otro dedo más. Me miraba fijamente y yo no le apartaba la mirada, me evaluaba y así podría saber mis reacciones y la forma en la que tendría que actuar para seguir dándome placer, pero de repente paró y sacó sus dedos de mi interior. ¿Por qué paraba?
Al ver mi expresión sonrió maliciosamente y acercó su boca a mi sexo retirando con sus hábiles dedos la braguita de mi bikini a un lado y recorriendo todo mi sexo con su lengua. Poco podía ya hacer más que jadear y suspirar y agarrarme con las dos manos a ambos lados del bordillo de la piscina. Agarré su pelo y le incité para que fuese más rápido, más fuerte y con más energía. Estaba por estallar y mi tripa se contraía estaba a punto de llegar al clímax cuando Paul paró de nuevo. Abrí los ojos de golpe y lo miré bastante sorprendida ¿Por qué había parado de nuevo?
- Échate para atrás Claire. Me dijo con una voz muy ronca.
Hice lo que me decía mientras él salía del agua y se colocaba de pie frente a mí mirándome hacia abajo desde arriba y sonriéndome de una manera deliciosa. Me fijé entonces en su tremenda erección que sobresalía de su bañador, entonces se acercó a mi y junto su boca con la mía en un beso feroz con necesidad. Con un deseo increíble se quitó el bañador y se colocó sentado detrás de mí apartó mi braguita de nuevo y sin ningún tipo de delicadeza me penetró fuertemente, pues era lo que ambos necesitábamos en esos momentos. Se movía rápido, con urgencia y pude notar como también estaba muy excitado por la situación y por el momento.
Mi cuerpo comenzó entonces a convulsionar debido a sus fuertes y duras embestidas y estallé llegando al clímax por fin. Paul no tardó mucho en seguirme y dejo caer su cabeza sobre mi cuello susurrando mi nombre. Ambos teníamos la respiración acelerada, había sido un polvo rápido, de urgencia y muy excitante.
