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Mostrando entradas de mayo, 2015

Rob 2.

Me cogió de la mano bruscamente acercándome a él, me agarró del pelo y me puso de espaldas a él, acercó sus labios a los míos, mi lengua buscó la suya, recorrí todo los rincones de su boca, sabía tan bien, me acerqué más a él pegándome a su creciente erección, gimió y me agarró fuertemente de las caderas, sosteniéndome mientras seguíamos besándonos, yo me giré y enrosque mis brazos a su cuello, poco a poco fui recorriéndolo con la lengua y dejando algún que otro mordisquito, volvió a gemir, me levantó la falda poco a poco hasta llegar al inicio de mis muslos, empezó a tocar con la yema de los dedos mi sexo, haciendo pequeños círculos con las manos, estaba realmente excitada, de repente me empujó sobre la pared opuesta a nosotros del ascensor me acorraló y se pegó a mi sintiendo como mis pechos duros se pegaban al suyo presionándome hasta hacerme casi daño, su boca está en mi cuello pasando la lengua por mis oídos y bajando hasta mi maravilloso escote, sus manos se meten en el interior

Rob 1.

Mientras me desnudaba, yo desabotoné sus pantalones decididamente y cuando terminé de bajarlos, acaricié los testículos y entonces vi el erecto pene que parecía estar a punto de explotar atrapados en el bóxer. De reojo pude ver que el bóxer azul claro marcaba al pene y los testículos con una silueta fuertemente definida, como una bomba, como si aquello fuese a explotar de un momento a otro. Con las manos temblorosas como la noche anterior, recorrí desde los testículos hasta el glande y noté que la tela del bóxer estaba muy apretada y mojada por el líquido seminal que derramaba en esos momentos de excitación. No esperé demasiado para deslizarlo hacia abajo y liberar el sexo. Mis manos acariciaron el escroto y pude notar unos testículos grandes y una piel realmente suave. Me gustaba que Rob se depilase, dejando apenas una mata de pelo rodeando al pene. Me excité. No me importaba algo de pelo, pero me gustaba que los hombres no fueran descuidados en ese aspecto, tampoco quería un “oso pel

Dancing Party.

El deseo se retorció en el interior de Tony a la vez que una explosión de calor se disparó en su entrepierna, haciendo que se endureciera de forma dolorosa. Sospechaba que esa mujer no tenía ni idea de lo endiabladamente sexy que era, ni de que durante la pasada semana se había ido metiendo bajo su piel. Diablos, desde el mismo segundo en el que miró sus ojos, la atracción fue instantánea, potente, devastadora, y de todo menos casual. No había manera de negar lo mucho que la deseaba. Maldición, esos labios parecían pedir un beso a gritos. Las luces de la pista de baile se suavizaron mientras Tony se le acercaba desde detrás y le golpeaba en la espalda. -Juega limpio Tony. Tony se apartó el pelo de la frente riendo. -Siempre juego limpio. Duro, pero limpio. -Con un dedo le hizo señas a Marta para que se le acercara. Subiéndose el vestido y revelando sus esbeltas piernas, ella se bajó del taburete y le devolvió la mirada sin estremecerse. Los ojos de él dejaron su rostro y le