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Contra la pared.

Se aferró a mí pegando su cuerpo al mío y pude notar la creciente erección solté un leve gemido sin darme cuenta a lo cual él me sonrió, siguió besándome cada vez más profundo al tiempo que me acercaba a la pared de la escalera de la casa de su hermana, abrí los ojos tanto como pude como indicándole que allí no podíamos hacerlo que nos iban a ver los demás invitados a lo que él me respondió poniéndose entre medias de mis piernas y volvió a besarme, suave y dulce pero resultaba posesivo, sus manos estaban una en mi cintura y otra en mi culo, me sujetaban como si fuera a desvanecerme en algún momento. Comenzó a besarme de nuevo, por el cuello, y fue bajando hasta el escote, desabrochó mi sujetador y comenzó a chupar y mordisquear mis pezones que estaban tan duros como su miembro, de repente sus manos bajaron hacía mi culo y me cogió en brazos a horcajadas sobre él, me apoyó contra la pared y de pronto me penetró sin previo aviso esta vez más posesivo más como era él. Mis manos se sujetaban a su cabeza y él me subía y bajaba aparentemente sin esfuerzo. De nuevo me situaba al borde del abismo, gemía con fuerza y él intensificaba el ritmo, creo que mi cuerpo era una oleada de sensaciones que no sabía separar estuvimos así mucho tiempo hasta que llegué al clímax.

Seguimos nuestro baile hasta que terminó la pieza y volvimos a corrernos, esta vez los dos llegamos al clímax al mismo tiempo la sensación que recorría mi cuerpo era muy fuerte ya que en algún momento de nuestra lujuria no me había dado cuenta de que me estaba tapando la boca con su mano y mientras susurraba mi nombre cerca de mi oído.













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