-Nunca he hecho esto antes… -respondí un poco asustada.
-No, ya lo sé Trisa. Así que si te hago daño o te molesta o no te gusta, necesito que me lo digas. ¿Vale? Para parar en el acto. -me dijo Ceran intentando tranquilizarme.
Sentí cómo poco a poco ejercía más presión conforme fue moviéndose hacia dentro. Y luego, con un movimiento rápido, me penetró. Ahogué un grito ante la sensación, me tensé, contuve la respiración y las lágrimas se me acumularon en los ojos sin darme cuenta, quería que saliese de mi interior pero, me quedé quieta y cerré los ojos, dispuesta a no moverme ante tal sensación.
-Respira, Trisa. Joder, tienes que respirar, que si no te vas a morir, mujer. ¿Te hago daño? ¿Quieres que lo dejemos?
La voz dubitativa de Ceran me hizo relajarme, mientras sus manos me acariciaban el cuerpo con cariño y depositaba pequeños besos en mi espalda. Tenía razón, una vez que intenté relajarme, el dolor punzante empezó poco a poco a desaparecer.
-Sigue Ceran, puedo con ello -le dije.
-¿Estás segura? Todavía no estoy dentro del todo Trisa…
Asentí con la cabeza. Inhalé y exhalé profundamente un par de veces, quizá fueron más de un par y luego volví a soltar el aire tipo un ejercicio de yoga.
-Joder Trisa, mierda, te estoy haciendo polvo. No lo vamos a hacer y punto. -dijo y lo sentí retroceder poco a poco.
-¡No! Por favor, Ceran, de verdad que puedo con esto, solo… ve despacio ¿vale? -le respondí a modo de súplica y luego me moví contra él ligeramente.
Lo escuché gemir. Un gemido de placer. Luego sentí sus labios, suaves y húmedos en mis hombros y comenzó a moverse una vez más en mi interior muy, muy despacio. No fue doloroso como antes, solo un poco incómodo. Pero cuanto más se movía, cuanto más profundo llegaba, más me relajaba y empezaba a disfrutar de estas sensaciones tan extrañas para mí. Un gemido se me escapó de los labios y sentí cómo sus brazos se tensaban a mí alrededor y su respiración se volvía más pesada. Quería que disfrutara de la experiencia sin pensar si me hacía daño o no. La verdad es que a mí también me gustaba, bueno, no mucho, pero algo más que al principio, cuestión de acostumbrarse.
Ceran me mantuvo quieta con firmeza cuando movió las caderas y se enterró todavía más adentro y con más rapidez que las dos veces anteriores, ahora sí podía sentirlo por completo. Ceran me embistió con una única estocada, sus caderas chocaron contra mi trasero y su fuerte y gran mano derecha me agarró de la cadera con tanta fuerza que supe que por la mañana tendría un moratón. Me mordió en la parte de atrás del cuello y gruñó mientras se vaciaba con tanta ferocidad que pareció una auténtica bestia.
Yo le di lo que nadie le había dado nunca, ni se lo iban a dar tampoco vaya. Y lo volvería a hacer. Porque quería. Porque Ceran era mío y yo era suya. Por completo.
-No, ya lo sé Trisa. Así que si te hago daño o te molesta o no te gusta, necesito que me lo digas. ¿Vale? Para parar en el acto. -me dijo Ceran intentando tranquilizarme.
Sentí cómo poco a poco ejercía más presión conforme fue moviéndose hacia dentro. Y luego, con un movimiento rápido, me penetró. Ahogué un grito ante la sensación, me tensé, contuve la respiración y las lágrimas se me acumularon en los ojos sin darme cuenta, quería que saliese de mi interior pero, me quedé quieta y cerré los ojos, dispuesta a no moverme ante tal sensación.
-Respira, Trisa. Joder, tienes que respirar, que si no te vas a morir, mujer. ¿Te hago daño? ¿Quieres que lo dejemos?
La voz dubitativa de Ceran me hizo relajarme, mientras sus manos me acariciaban el cuerpo con cariño y depositaba pequeños besos en mi espalda. Tenía razón, una vez que intenté relajarme, el dolor punzante empezó poco a poco a desaparecer.
-Sigue Ceran, puedo con ello -le dije.
-¿Estás segura? Todavía no estoy dentro del todo Trisa…
Asentí con la cabeza. Inhalé y exhalé profundamente un par de veces, quizá fueron más de un par y luego volví a soltar el aire tipo un ejercicio de yoga.
-Joder Trisa, mierda, te estoy haciendo polvo. No lo vamos a hacer y punto. -dijo y lo sentí retroceder poco a poco.
-¡No! Por favor, Ceran, de verdad que puedo con esto, solo… ve despacio ¿vale? -le respondí a modo de súplica y luego me moví contra él ligeramente.
Lo escuché gemir. Un gemido de placer. Luego sentí sus labios, suaves y húmedos en mis hombros y comenzó a moverse una vez más en mi interior muy, muy despacio. No fue doloroso como antes, solo un poco incómodo. Pero cuanto más se movía, cuanto más profundo llegaba, más me relajaba y empezaba a disfrutar de estas sensaciones tan extrañas para mí. Un gemido se me escapó de los labios y sentí cómo sus brazos se tensaban a mí alrededor y su respiración se volvía más pesada. Quería que disfrutara de la experiencia sin pensar si me hacía daño o no. La verdad es que a mí también me gustaba, bueno, no mucho, pero algo más que al principio, cuestión de acostumbrarse.
Ceran me mantuvo quieta con firmeza cuando movió las caderas y se enterró todavía más adentro y con más rapidez que las dos veces anteriores, ahora sí podía sentirlo por completo. Ceran me embistió con una única estocada, sus caderas chocaron contra mi trasero y su fuerte y gran mano derecha me agarró de la cadera con tanta fuerza que supe que por la mañana tendría un moratón. Me mordió en la parte de atrás del cuello y gruñó mientras se vaciaba con tanta ferocidad que pareció una auténtica bestia.
Yo le di lo que nadie le había dado nunca, ni se lo iban a dar tampoco vaya. Y lo volvería a hacer. Porque quería. Porque Ceran era mío y yo era suya. Por completo.
Carajo, mujer, me encanta tu forma de escribir, tu forma de relatar los más profundos deseos de tu personaje. Trisa no se queda con nada adentro!!!!
ResponderEliminarMe agrada mucho que pienses así.
Eliminar¡Saludos!
Me han llamado mucho la atención los nombres de los personajes, ¿de donde provienen Trisa y Ceran? La aceptación de Trisa para complacer a Ceran me ha enternecido, derrocha un sentimiento intenso que nada tiene que ver con la pasión, sino con el lazo que lo une a Ceran.
ResponderEliminarCon cada relato me sorprendes más, sigue así!
Verás, cómo te decía en otros relatos todos los nombres que empleo tienen un trasfondo en cuanto a su significado se refiere.
EliminarAquí por ejemplo "Ceran" tiene una fuerte personalidad, es un amante del amor y la necesidad de sentirse amado o admirado.
Respecto a "Trisa" tiene dificultades para encontrar el equilibrio emocional debido a la hiperactividad, el miedo y la constante autocrítica.
Por eso creo que es muy importante seleccionar bien el nombre de los personajes, porque al fin y al cabo las historias las creas tú.