Ir al contenido principal

Office.

Se inclinó y me besó de nuevo, profundo y suave y provocador, y continuó entrando lentamente en mí. Él mecía sus caderas hacia atrás y hacia adelante. Un poco más dentro y luego apartándose hasta casi salirse, solamente para volver a embestirme. Mientras la presión aumentaba empezaba a tener sensaciones más allá de lo que nunca hubiese sentido antes, y luego volvió a adentrarse hasta llenarme por completo. Yo sentí esta increíble plenitud, esta abrumadora sensación de estar llena por todo mi cuerpo. Empecé a gemir y moví mis caderas contra las suyas, inclinando la pelvis para obtener más presión. Lentamente, muy lentamente, empezó a salir de mí. Gemí, con miedo a perder la sensación. Luego empujó adentro otra vez. Salió, luego entró. Salió, luego entró. Ola tras ola de placer inundaban todo mi cuerpo. Empezó a ir más rápido. El suave ritmo se convirtió en golpes, más duros. No sabía lo que me encendía más, las sensaciones increíbles de estar muy profundo dentro de mí, o escuchar sus gemidos. El total y completo deseo que tenía por poseerme por completo. Él empezó a golpear más fuerte, cosa que creí imposible hasta que se movía una y otra vez más duramente, y yo empecé a lloriquear, pero estaba tan excitada que no importaba. Yo solo quería más, más, más rápido, más fuerte.


Empecé a gritar su nombre una y otra vez mientras mis uñas se clavaban en su espalda. Un hormigueo comenzó en mi vientre, se sentía diferente a otras veces. Fue creciendo y creciendo, calentando mis caderas con olas de placer que no podía contener, ondulando hacia arriba y abajo de mi columna vertebral. Cada golpe de su eje intensificaba el calor, cada toque muy dentro de mí avivaba las llamas, enviando vibraciones más fuertes a través de todo mi cuerpo. Como si fuese a quemarme en cualquier momento.


Entonces él empezó a golpear en mi interior el doble de rápido, el triple de rápido, y no pude contenerme más. Grité de verdad esta vez mientras la presa dentro de mí se rompía, y el calor estalló como una marea de ola de éxtasis por cada centímetro de mi cuerpo. Creo que mi gritó lo empujó sobre el borde, porque él levantó la cabeza y gruñó dejándose ir. A través de mi orgasmo profundo y palpitante, vi su rostro arrugarse como si hubiese sido capturado en algún lugar entre el cielo y el infierno. Espasmo tras espasmo mientras sus embestidas poco a poco se volvían lentas y sensuales y él llegó al orgasmo, deteniéndose dentro de mí. Cuando nuestras respiraciones se ralentizaron, bajó la cabeza y empezó a besar mi mejilla, mi barbilla, y  mi boca. Sonrió recordándome donde lo acabábamos de hacer, me sonrió con la sonrisa de un niño travieso, lo acabábamos de hacer en la mesa de mi despacho. Y ha sido una de las mejores experiencias que hemos tenido hasta ahora.









Entradas populares de este blog

Doctor 2

A la noche siguiente estaba un poco nerviosa mientras me dirigía hacia su casa, no lo conocía de nada pero en el hospital todo el mundo hablaba muy bien de él, lo único que tenía en su contra era que una de sus pasiones era la caza. Tuvimos una velada exquisita, la cena la había preparado él pues adoraba cocinar y se le daba bastante bien. Pasados unos cuantos vinos me invitó a ver toda su casa, al llegar al dormitorio me impresionó un poco, era bastante amplio, en el centro de la habitación había una cama gigantesca, estaba cubierta por unas sábanas en satén color miel y una colcha a los pies negra. La iluminación era suave apenas una tenue luz obra de algunas velas colocadas adrede (vaya, sabría acaso que iba a suceder algo aquí ésta noche), las cortinas y el mobiliario eran rústicos y creaban una armonía perfecta en su conjunto.  -¿Acaso pensabas que íbamos a tener sexo esta noche? -le pregunté levantado una ceja.  -No, mira Cata, el sexo lo puedo conseguir en cualquier parte

Honeymoon 2.

Park alzó una mano y me deslizó dos dedos por el labio inferior. Estar allí de pie mientras aquel hombre me tocaba era la mejor idea del mundo. Evocaba sensaciones que nunca había experimentado, sensaciones que antes de conocerlo nunca lo había vivido con ningún otro hombre. Era la clase de hombre en el que una chica podía apoyarse y ahora estaban casados. Y además, me gustaban sus caricias y sus atenciones últimamente había cambiado y estaba más romántico, quizá sea por la boda o porque realmente quiere tratarme como una princesa como me dice muchas veces. Como si me hubiera adivinado el pensamiento, me deslizó la mano por el cuerpo con una intencionalidad que me hizo saber que ya no estaba en mi mundo. Sabía que Park deseaba ponerse encima mía y penetrarme, pero supongo que simplemente esperaba que fuese yo quién lo iniciase pues me estaba sonriendo a la vez que me miraba cual pintor mira un lienzo en blanco por primera vez. Le acaricié el pecho, el abdomen, la cadera, las nalgas

Pleasure.

Esta vez lo agarro yo y abrazados el uno al otro, trastabillando, casi riendo, besándonos ferozmente. Sus labios de nuevo en los míos y esta vez, sus grandes manos se deslizan deseosas por mi espalda. Me agarra el trasero, con fuerza, ardiente, lo aprieta mientras su otra mano sostiene mi cuello apretando un poco pero no demasiado y nos besamos, sedientos, una y otra vez. Sus manos se deslizan por mi cintura muy lentamente, me libera de sus manos en mi cintura, pero entrelazando mis dedos entre los suyos. Se ha quitado la camisa y oh dios mío los músculos de su pecho y el sólido y duro torso, el estómago firme. Su pecho es más ancho de lo que adivinaba bajo aquella camisa. Es mucho más alto y fuerte que yo y mientras tira al suelo la camisa obviando los botones que saltan desde la camisa hacia todas partes se acerca a mí lentamente, como un lobo hacia su presa. Entonces me agarra de las manos y me sonríe. Nos besamos otra vez. Me pongo de puntillas para besar sus suaves labios, los mue