Ir al contenido principal

Return 2.

Hablaron por todo lo que habían pasado ambos, sobre las relaciones que había tenido Iron y Tere no quedó muy conforme. De repente él le agarra de la mano y acercándola la besó. 


- Confía en mí, ninguna de ellas podía compararse contigo Tere. -respondió con sinceridad, su voz ronca y una profunda resonancia para sus propios oídos. 


Tere se lamió los labios, retirando la mano de su boca. Ella se inclinó y apretó la boca a la suya. Era como un arma de fuego en el cuerpo de Iron. El entrelazó sus brazos, su mano se deslizo bajo el cabello de su cuello. Iron inclinó su boca sobre la suya con un gruñido hambriento, salvaje. Ella gemía desde la parte baja de la garganta y separó los labios para él. Probó calor y dulzura contra de su lengua. Iron la quería sin ropa, quería su piel desnuda en sus manos y frotarla contra él. Quería que sus piernas se separaran, su enorme verga dentro de ella y sus gemidos y suspiros resonando en sus oídos. Por el momento, era todo lo que podía pensar. 


-Tere necesito más de ti… - murmuró contra sus labios.


El inclinó la boca hacia ella más agresivamente y ella le introdujo la lengua en su boca con un sexy gemido. Iron pasó una mano por su espalda, bajo la camiseta, y la deslizó por su piel lisa y suave hasta llegar al broche de su sujetador. Se deshizo de él con un movimiento de sus dedos y sus pechos cayeron libres de las copas. Colocó la mano en la parte de delante, y con la otra mano le rozó el pezón hacia atrás y adelante hasta que se endureció como una piedra. Su respiración sonaba áspera y dulce en su oído. Iron dejó que sus manos recorriesen su cintura, y luego más suavemente hasta pasar por el borde inferior de la camiseta a sus pechos desnudos. La sensación de sus manos grandes y cálidas y lo que sospechaba que podían hacer en su cuerpo, la hizo contener el aliento en la garganta. 


-¿Me deseas, Tere? ¿Quieres que te suba la falda y te empuje contra el sofá? Porque quiero hacer eso,  de hecho, es casi en todo lo que puedo pensar ahora mismo… - jadeó.


Él puso los pezones entre sus dedos y Tere sintió que su coño pulsante más caliente. Un chorrito de crema se deslizó lentamente por la cara interna del muslo. 


-Sí, joder, eso es exactamente lo que quiero que hagas. - dijo Tere con voz entrecortada.


-Quiero follarte, Tere. Largo, rápido y duro, hasta que ambos nos corramos. También quiero hacerte el amor, el del placer lento y fácil, entrar en tu cuerpo una y otra vez. – suspiraba Iron en el oído de Tere.


Iron metió la mano en la parte delantera de su ropa interior. Frotó sobre su clítoris y deslizó su dedo corazón hacia el interior de su calor. Tere se agarró al borde del sofá con una mano y con la otra se sujetó contra la espalda de Iron. Un suspiro duro y rápido silbó entre los labios de Iron con suavidad. Metió los dedos dentro y fuera de ella muy lentamente, una y otra y otra vez. Tocando su humedad, mientras empapaba su mano en su deseo. Empujó sus bragas hasta las rodillas y puso sus dedos de la otra mano sobre su centro, despertando todos los nervios para, a continuación, masajearlo con delicadeza. 


Tere se quedó sin aliento, a continuación, se quejó. Quería decirle que dejara de... realmente debía decirle que se detuviera, pero la invasión se sentía como nada de lo que había sentido nunca antes. Él gimió cuando sintió que sus músculos vaginales ondulaban alrededor de su dedo. Ella se tambaleaba al filo de un clímax poderoso. 


-Has sido bastante buena respecto a tu vida sexual, sé que no has estado nada más que con Tim desde que te dejé ¿Te gusta lo que te estoy haciendo ahora? – preguntó Iron lleno de pasión.


-Sí… - dijo ella con voz entrecortada. 


No podía dejar de inclinar la cabeza un poco y de suspirar cada vez más rápidamente. Las emociones que parecían fundirse juntas hasta que ella no pudo separarlas. Podía sentir cómo estaba mojada y por su vida tanto como debería haber sido la sorprendió, nada en el mundo podría haberla obligado a decirle a Iron que parara. 


-¿Vas a correrte ya? – preguntó Iron. 


-No te detengas. Por favor, no pares… - decía Tere entre pequeños gemidos.


-Oh, pequeña, no lo haré. Me encanta verte así, con la falda en la cintura y las bragas hasta los tobillos y gimiendo por mí. – respondió Iron sin dejar de mirarla. 


Esas palabras la enviaron derecho a una espiral en el borde. Mantuvo el lento, fácil deslizamiento de los dedos dentro y fuera de su cuerpo cuando ahora lo hacía duramente, aumentando el ritmo, con mayor velocidad, dentro y fuera, dentro y fuera una vez más.


Él la besó con fuerza mientras el final de su clímax todavía recorría su cuerpo. Al mismo tiempo, se levantó y tiró las bragas, tirando el resto de su ropa por la cintura hacia abajo y quedándose tan sólo con los zapatos de tacón. Iron se llevó las manos a la cintura de su pantalón. Buscó a tientas, intentando deshacerse de ellos y finalmente liberado su miembro erecto. Estaba rígido y listo, ancho y largo. Sólo la sensación de tenerlo en la mano la hacía humedecerse aún más entre los muslos. Iron enganchó una pierna alrededor de su cintura, dirigió su sexo hacia ella y la empujó hasta introducirse en lo más profundo de su ser, de una única embestida.


-Iron, ¡sí! - gimió ante la sensación de ser llenada al límite máximo. 


Era como si hubiera desaparecido una parte de sí misma que había olvidado. Nunca había sido así también con Tim. Iron cerró los ojos puso su mano plana contra la pared al lado de su cabeza y exhaló 
rápidamente. Los abrió y mantuvo su mirada cuando se cruzó con ella mientras la alzaba. Sus manos buscaron y encontraron los puños de la camisa y movieron las caderas hacia abajo golpeando y tratando de conseguir profundizar cada vez más dentro de su cuerpo.


Iron mantuvo el ritmo lento, tan lento y fácil que la hizo temblar de placer. Sentía el borde del sofá contra su espalda y cada impulso la empujaba contra él, aunque no le dolía. Por supuesto, ella no sentía ningún dolor. Cerró los ojos rompiendo su mirada. Su cuerpo se trasladó hacia el punto de empuje. Era como un baile que había bailado ya un millón de veces. Su pene encajaba perfectamente. La cabeza frotaba de manera sensible y delicada el lugar más profundo de su interior con cada empuje y su cuerpo friccionaba su clítoris a la perfección. 


-Iron, voy a correrme. -susurró, mirándolo.


Cerró los ojos y sintió a sus músculos apretar y liberarse alrededor de su longitud y su crema haciendo que el cuerpo de él penetrara aún más fácilmente en ella. Se mordió el labio inferior cuando las olas de su orgasmo se estrellaron sobre ella. Cuando el último espasmo la había atravesado, Iron aceleró el ritmo. La levantó y empujó más rápido y más duro en sus profundidades. Tere acompasó el movimiento de las caderas hacia delante cuando otro punto culminante chocó con su cuerpo. Hundió sus dedos en los brazos para apoyarse mientras gritaba cuando un nuevo clímax la golpeó con toda su fuerza. Esta vez, su orgasmo explotó. Iron empujo más fuerte dentro de ella y sintió como su miembro rebosaba. Gimió bajo cerca de su oído cuando se vino instantes después.


-¡Ah, joder! Te sientes tan bien Tere… –dijo con voz ronca. 


-Sí, sin duda, pero… ¿repetimos? Y esta vez que sea más duro. –preguntó Tere sonriendo.

Comentarios

  1. Caguen, no es lo que esperaba ver pero tampoco ha estado mal del todo. Una cosa que me ha molestado es el comportamiento de Iron, yo no le hablo así a una mujer con la que quiero volver pero es porque soy más tranquilo, pero ese deje de arrogancia y chulería me ha molestado.

    La verdad es que esperaba algo más tranquilo, un poco más de conversación con un polvo suave; pero me he encontrado esto y no me ha terminado de convencer, pero en pequeños detalles he visto lo que quería ver y me conformo con eso. Me ha gustado más la primera parte, pero no está mal

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A veces no recibimos lo esperado...
      Lo que quiero mostrar con el comportamiento de Iron es que hay hombres que lo representan, en sentido de forma de ser y mujeres que lo aceptan cuando no debería ser así.

      Los relatos son diferentes, salvo claro está los que tienen continuación. Los escribo según me parece la evolución de los personajes y pensando diferentes finales para que no sea siempre lo típico de "amor, final feliz..."

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Farah 2.

Farah se movió hacia mi pecho y rodeó con la lengua cada uno de mis duros pezones mientras retocaba con las manos los músculos del otro lado. Entonces movió las manos lentamente por mis hombros, y dejó que la camisa se me deslizara por los brazos hasta terminar cayendo al suelo. Escalofríos me recorrieron la espina dorsal cuando noté sus uñas clavadas en mis abdominales hasta llegar a la cintura de mis vaqueros. Tiró de ellos, obligándome a acercarme más a ella, y luego sentí su mano acariciarme a través de la tela con la justa presión. -Farah… Fue todo lo que pude decir mientras intentaba desesperadamente no perder el control antes de haberle hecho el amor. Ella se quitó los zapatos a patadas y yo llevé las manos hasta el dobladillo de su vestido. Mi dedo pulgar acarició la piel desnuda de sus muslos color canela, pero ni de lejos aquello fue suficiente. Así que le levanté el vestido por encima de la cabeza para que se uniera a mi camisa en el suelo. Estaba impresionante con ese su

Completely yours.

-Nunca he hecho esto antes… -respondí un poco asustada. -No, ya lo sé Trisa. Así que si te hago daño o te molesta o no te gusta, necesito que me lo digas. ¿Vale? Para parar en el acto. -me dijo Ceran intentando tranquilizarme. Sentí cómo poco a poco ejercía más presión conforme fue moviéndose hacia dentro. Y luego, con un movimiento rápido, me penetró. Ahogué un grito ante la sensación, me tensé, contuve la respiración y las lágrimas se me acumularon en los ojos sin darme cuenta, quería que saliese de mi interior pero, me quedé quieta y cerré los ojos, dispuesta a no moverme ante tal sensación. -Respira, Trisa. Joder, tienes que respirar, que si no te vas a morir, mujer. ¿Te hago daño? ¿Quieres que lo dejemos?  La voz dubitativa de Ceran me hizo relajarme, mientras sus manos me acariciaban el cuerpo con cariño y depositaba pequeños besos en mi espalda. Tenía razón, una vez que intenté relajarme, el dolor punzante empezó poco a poco a desaparecer.  -Sigue Ceran, puedo con

Sueño.

Dicen que los sueños son la expresión del subconsciente, es decir lo que realmente pensamos o deseamos hacer y no nos atrevemos a exteriorizar.     Casi todas las noches últimamente sueño que estoy acostada desnuda en una mesa grande rectangular, en medio de un salón muy grande el cual está vacío excepto por la mesa. Estoy tumbada boca arriba con los brazos y las piernas completamente abiertas. Y miro a mi alrededor, para mi asombro hay varios consoladores de diferentes tamaños y distintas formas.   De pronto se abren unas puertas que están delante de mí, son completamente negras y muy grandes de ellas aparecen cuatro hombres, altos y fuertes. Todos están vestidos de arriba abajo completamente de cuero y látex negro. Sus caras están cubiertas por unas máscaras que solo deja ver sus ojos y tienen sus grandes erecciones  asomándoles por fuera de los pantalones, me quedo anonadada pues todos ellos vienen masturbándose y las tienen enormes. Uno de los cuatro hombres, que parece el líder,