La sensualidad les envolvió mientras Bob bajaba la cabeza, su mirada estaba fija en ella cuando rozó sus labios con los suyos. Ambos temblaban, acalorados, mientras Sally movía las caderas contra él, sus largas piernas se apretaban juntas mientras sus labios acariciaban los de Sally. Se separaron despacio, con naturalidad, ella mantuvo la respiración cuando él se detuvo. Sus respiraciones eran irregulares. El control de Bob era débil y la inocencia de Sally se reflejaba en cada línea de expresión. Bob sabía que él era todo menos inocente, y su inocencia le aterrorizaba y le atraía. Luchó por controlar su hambre. Lo último que deseaba hacer era asustarla. Pero los labios de Sally eran suaves, dulces y calientes. Gimió contra ellos, abriendo los suyos para tomar el beso que demandaban sus sentidos. Sally gimió por el beso mientras se movía, levantando su cuerpo al mismo tiempo que las manos de Bob agarraban sus caderas como para inmovilizarla, levantando la cabeza para mirarla fijamente. Ella se movió hasta que se sentó a horcajadas sobre sus caderas, su coño apretándose al pensar en presionarlo contra el borde duro de carne contenida debajo de sus vaqueros. Sally se colocó contra su regazo, su coño presionando contra la gruesa erección bajo ella. Bob movió las caderas, acercando la dura erección contra su suave sexo mientras Sally arqueaba la espalda en respuesta.
- Esto es peligroso. Dijo él con los dientes apretados, aunque sus manos estaban retirando la tela de su vestido, subiéndolo por encima de sus muslos mientras la observaba con cuidado.
Una mano se separó de sus muslos, acarició su cintura, luego se curvó en el corpiño flojo de su vestido. Ella gritó. No pudo acallar el sonido cuando su gran mano le acarició el pecho, su pulgar le rozó su pezón y su lengua acarició la suya en un sexual duelo de placer. Las caderas de Bob presionaron hacia arriba contra la barrera de sus braguitas, moliendo contra su sensible coño mientras su sistema se estremecía por el placer. Ella podía sentir las sensuales llamas atravesando su vagina mientras el calor de su polla la presionaba. Sally también empujó con el movimiento de las caderas balanceándose contra él mientras capturaba su duro pezón entre el pulgar y el índice. Sally se movía contra el calor de su pene cubierto por los vaqueros con la cabeza echada hacia atrás, las sensaciones se amontonaban una encima de la otra hasta que amenazaron con explotar por la presión de su propia necesidad.
La caliente boca de Bob era un instrumento de tortura, demasiado placer sobre su tenso pezón, sus dientes eran una escofina áspera de tensión amenazante al mordisquear el pequeño pico duro. Y sus manos tampoco estaban quietas. Bobo arrancó la tela de sus bragas sin demasiada suavidad, su mano ahuecó su sexo. Sus dedos profundizaron entre los hinchados pliegues para encontrarla totalmente mojada, preparada para él. Sally no podía respirar, se agarró a los hombros de Bob y su cuerpo se quedó inmóvil, tentándose por la esperada explosión mientras Bob la sostenía cerca, alimentándose de su pezón mientras sus dedos exploraban su carne. Bob la levantó, sacando sus dedos del cálido agarre de su coño mientras abría la puerta del coche. Con un brazo alrededor de Sally, salió del coche y la colocó en el asiento trasero, luego gimió débilmente cuando ella colocó sus piernas alrededor de sus caderas, un gemido que salió de su garganta mientras la punta de su pene presionaba su hinchado clítoris. Sally sintió cómo las manos de Bob la agarraban, la mantenía cerca, flexionando sus caderas, moliendo su erección en lo más profundo de su sexo. Ahora, Sally ya había perdido totalmente la cordura por el placer, su cuerpo era asaltado con demasiadas sensaciones, demasiadas necesidades. Podía sentir el duro borde de su pene presionando contra su húmedo sexo. Su vagina se contraía, ansiosa porque quería que la llenara de nuevo por completo. El gemido de Bob fue un gruñido áspero, ronco, que hizo que su sexo se tensara en anticipación mientras él se agachaba, sus labios se movieron hacia su mejilla hasta que volvió a capturar sus labios, ella le sintió moverse. Se retiró despacio, y después, antes de que pudiera pensar en su siguiente acción, empujó en su interior, con fuerza, profundamente, mientras enterraba su eje en lo más profundo de su cuerpo. Se agarró a las muñecas de Bob mientras le inmovilizaba las caderas, su garganta dejó escapar un gemido estrangulado mientras se esforzaba en aceptar la invasión. Ya estaba devorando sus pechos de nuevo. Con los dientes, la lengua y la húmeda succión de su boca, comenzó a atormentar los duros pezones demasiado sensibilizados. Era demasiado. Sally intentó gritar, pero no pudo encontrar el aliento ya que comenzó a correrse. Una oleada de electricidad recorrió su cuerpo, destruyéndola cuando las sensaciones comenzaron a arder dentro de su sexo. Se tensó aún más, luchando contra la violencia creciente de las sensaciones que la atravesaban, seguido del gemido de Bob hizo que su sexo se apretara en respuesta, su pecho se tensó por la emoción.
- Creo que no puedo solamente estar contigo una noche Sally. Si te soy sincero creo que he estado enamorado de ti desde que éramos pequeños, pero tú eras tres años menor que yo, la hermana de mi mejor amigo, y decidí alejarte, no volveré a hacerlo jamás. Te amo nena.
- Siempre lo he sabido Bob, solamente necesitabas algo de tiempo para darte cuenta de ello. No pienso dejarte ir nunca más, si decides alejarme yo misma acabaré contigo. También te amo, por si todavía después de quince años no te has dado cuenta.
Por fin, después de tantos sueños, de tantos años, Bob la amaba y ella siempre lo había sabido.
- Esto es peligroso. Dijo él con los dientes apretados, aunque sus manos estaban retirando la tela de su vestido, subiéndolo por encima de sus muslos mientras la observaba con cuidado.
Una mano se separó de sus muslos, acarició su cintura, luego se curvó en el corpiño flojo de su vestido. Ella gritó. No pudo acallar el sonido cuando su gran mano le acarició el pecho, su pulgar le rozó su pezón y su lengua acarició la suya en un sexual duelo de placer. Las caderas de Bob presionaron hacia arriba contra la barrera de sus braguitas, moliendo contra su sensible coño mientras su sistema se estremecía por el placer. Ella podía sentir las sensuales llamas atravesando su vagina mientras el calor de su polla la presionaba. Sally también empujó con el movimiento de las caderas balanceándose contra él mientras capturaba su duro pezón entre el pulgar y el índice. Sally se movía contra el calor de su pene cubierto por los vaqueros con la cabeza echada hacia atrás, las sensaciones se amontonaban una encima de la otra hasta que amenazaron con explotar por la presión de su propia necesidad.
La caliente boca de Bob era un instrumento de tortura, demasiado placer sobre su tenso pezón, sus dientes eran una escofina áspera de tensión amenazante al mordisquear el pequeño pico duro. Y sus manos tampoco estaban quietas. Bobo arrancó la tela de sus bragas sin demasiada suavidad, su mano ahuecó su sexo. Sus dedos profundizaron entre los hinchados pliegues para encontrarla totalmente mojada, preparada para él. Sally no podía respirar, se agarró a los hombros de Bob y su cuerpo se quedó inmóvil, tentándose por la esperada explosión mientras Bob la sostenía cerca, alimentándose de su pezón mientras sus dedos exploraban su carne. Bob la levantó, sacando sus dedos del cálido agarre de su coño mientras abría la puerta del coche. Con un brazo alrededor de Sally, salió del coche y la colocó en el asiento trasero, luego gimió débilmente cuando ella colocó sus piernas alrededor de sus caderas, un gemido que salió de su garganta mientras la punta de su pene presionaba su hinchado clítoris. Sally sintió cómo las manos de Bob la agarraban, la mantenía cerca, flexionando sus caderas, moliendo su erección en lo más profundo de su sexo. Ahora, Sally ya había perdido totalmente la cordura por el placer, su cuerpo era asaltado con demasiadas sensaciones, demasiadas necesidades. Podía sentir el duro borde de su pene presionando contra su húmedo sexo. Su vagina se contraía, ansiosa porque quería que la llenara de nuevo por completo. El gemido de Bob fue un gruñido áspero, ronco, que hizo que su sexo se tensara en anticipación mientras él se agachaba, sus labios se movieron hacia su mejilla hasta que volvió a capturar sus labios, ella le sintió moverse. Se retiró despacio, y después, antes de que pudiera pensar en su siguiente acción, empujó en su interior, con fuerza, profundamente, mientras enterraba su eje en lo más profundo de su cuerpo. Se agarró a las muñecas de Bob mientras le inmovilizaba las caderas, su garganta dejó escapar un gemido estrangulado mientras se esforzaba en aceptar la invasión. Ya estaba devorando sus pechos de nuevo. Con los dientes, la lengua y la húmeda succión de su boca, comenzó a atormentar los duros pezones demasiado sensibilizados. Era demasiado. Sally intentó gritar, pero no pudo encontrar el aliento ya que comenzó a correrse. Una oleada de electricidad recorrió su cuerpo, destruyéndola cuando las sensaciones comenzaron a arder dentro de su sexo. Se tensó aún más, luchando contra la violencia creciente de las sensaciones que la atravesaban, seguido del gemido de Bob hizo que su sexo se apretara en respuesta, su pecho se tensó por la emoción.
- Creo que no puedo solamente estar contigo una noche Sally. Si te soy sincero creo que he estado enamorado de ti desde que éramos pequeños, pero tú eras tres años menor que yo, la hermana de mi mejor amigo, y decidí alejarte, no volveré a hacerlo jamás. Te amo nena.
- Siempre lo he sabido Bob, solamente necesitabas algo de tiempo para darte cuenta de ello. No pienso dejarte ir nunca más, si decides alejarme yo misma acabaré contigo. También te amo, por si todavía después de quince años no te has dado cuenta.
Por fin, después de tantos sueños, de tantos años, Bob la amaba y ella siempre lo había sabido.
La boca de Bob era un instrumento de tortura...
ResponderEliminarQué dulce debe ser torturarte...
Me gusta tu blog, te dejo el mío: http://blogdelmaestroim.blogspot.com.es/
Besos