GIN.
Él me miraba con ardor, con verdadera pasión. Cálidos labios presionaron un beso en el muslo interior, un cosquilleo caliente se precipitó a través de todo mi cuerpo. La lengua firme de Nick trazó la carne en mi pierna donde encontró mi sexo, mis muslos temblaban con la sensación, luego me mordió en el interior del muslo izquierdo. Sólo un pequeño mordisco, pero me hizo saltar y envió una sacudida de placer a todo mi ser.
- Sí... -Jadeé sin aliento, echando hacia atrás la cabeza y cerrando los ojos.
Levanté las caderas y sentí el cabello sedoso de Nick rozar mi muslo cuando él se inclinó y movió la lengua sobre mí. Entonces lo hizo de nuevo, esta vez empujando con la ayuda de los dedos. Su lengua apretó otra vez, bastante firme para extender los músculos apretados, pero a la vez suave para no hacer daño.
Nick permaneció allí jugando con la apertura virginal mientras sus dedos bombeaban mi sexo, su mano acariciando mi clítoris.
Un placentero temblor traspasó mi vientre. Mis muslos temblaron, los músculos en mi sexo pulsaron, húmedo y necesitado. Realmente lo que quería era sentarme a horcajadas sobre él, pero Nick seguía torturándome. Sus labios eran fuertes, pero muy suaves. La lengua de Nick recorrió primero el labio inferior, probando mi lengua, seduciéndome dentro de su boca, casi como el primer beso que nos dimos. Su gran mano cubrió la parte trasera de mi cuello, manteniéndome presionada contra sus labios. Este sentimiento tan maravilloso. Hormigueos recorrían mi piel desde su cabeza hacia la punta de los dedos de los pies. Pude saborear whisky escoses en su beso. Su mano masajeó el pecho, encontrando el duro y deseoso pezón. Nick jugó con el, yo gemí al notar el mordisco ahí, y caí a su tacto, con las caderas presionando su ingle. Lo quería. Ahora. Quería que llenase el vacío entre mis piernas.
NICK.
Me puse de rodillas, recogiéndola en mis brazos, presionando todo su cuerpo contra el mío propio. La dura línea de mi polla presionaba contra sus muslos. La tomé de nuevo por la boca, frenético, con hambre. Con uno de los brazos rodeaba su espalda, y dejé caer la otra mano hacia su culo. Apreté. Duro. La levanté y presioné su sexo contra mi pene, la necesidad por ella estaba clara, tan clara como la mía propia. Sus dedos largos y delgados tocaron con ligereza la cabeza de mi verga, las venas que bombeaban a lo largo de todo el eje estaban empezando a hincharse, podía sentirlo. Mi mirada se desvió a la suya, su sonrisa era algo permanente en su rostro pero en esta ocasión era diferente. Gin posicionó su lengua en mi verga, exploró las texturas, girando y agitando, haciéndome temblar. Me empujé más profundo en la boca de ella, su mano derecha frotando alrededor de la base del glande, acariciando lo que había dejado de tomar. Ella de nuevo, comenzó a succionar, y devuelta, aplicando una mayor presión. Abajo y hacia atrás y luego de nuevo a la polla. Mis caderas bombearon con cada caricia, hasta que no pude ir tan lento, cada empuje era más profundo y Gin me tomó entero, agarró mis bolas y siguió ejerciendo más y más presión, alternando la boca, la lengua y la mano. La garré por su cabeza con ambas manos, sacudí mis caderas, metiendo mi polla entre sus labios, sintiendo el roce de sus dientes. Luego la suave cabeza de mi verga presionó contra ella y el mundo se volvió una llama blanca detrás de sus ojos.
Él me miraba con ardor, con verdadera pasión. Cálidos labios presionaron un beso en el muslo interior, un cosquilleo caliente se precipitó a través de todo mi cuerpo. La lengua firme de Nick trazó la carne en mi pierna donde encontró mi sexo, mis muslos temblaban con la sensación, luego me mordió en el interior del muslo izquierdo. Sólo un pequeño mordisco, pero me hizo saltar y envió una sacudida de placer a todo mi ser.
- Sí... -Jadeé sin aliento, echando hacia atrás la cabeza y cerrando los ojos.
Levanté las caderas y sentí el cabello sedoso de Nick rozar mi muslo cuando él se inclinó y movió la lengua sobre mí. Entonces lo hizo de nuevo, esta vez empujando con la ayuda de los dedos. Su lengua apretó otra vez, bastante firme para extender los músculos apretados, pero a la vez suave para no hacer daño.
Nick permaneció allí jugando con la apertura virginal mientras sus dedos bombeaban mi sexo, su mano acariciando mi clítoris.
Un placentero temblor traspasó mi vientre. Mis muslos temblaron, los músculos en mi sexo pulsaron, húmedo y necesitado. Realmente lo que quería era sentarme a horcajadas sobre él, pero Nick seguía torturándome. Sus labios eran fuertes, pero muy suaves. La lengua de Nick recorrió primero el labio inferior, probando mi lengua, seduciéndome dentro de su boca, casi como el primer beso que nos dimos. Su gran mano cubrió la parte trasera de mi cuello, manteniéndome presionada contra sus labios. Este sentimiento tan maravilloso. Hormigueos recorrían mi piel desde su cabeza hacia la punta de los dedos de los pies. Pude saborear whisky escoses en su beso. Su mano masajeó el pecho, encontrando el duro y deseoso pezón. Nick jugó con el, yo gemí al notar el mordisco ahí, y caí a su tacto, con las caderas presionando su ingle. Lo quería. Ahora. Quería que llenase el vacío entre mis piernas.
NICK.
Me puse de rodillas, recogiéndola en mis brazos, presionando todo su cuerpo contra el mío propio. La dura línea de mi polla presionaba contra sus muslos. La tomé de nuevo por la boca, frenético, con hambre. Con uno de los brazos rodeaba su espalda, y dejé caer la otra mano hacia su culo. Apreté. Duro. La levanté y presioné su sexo contra mi pene, la necesidad por ella estaba clara, tan clara como la mía propia. Sus dedos largos y delgados tocaron con ligereza la cabeza de mi verga, las venas que bombeaban a lo largo de todo el eje estaban empezando a hincharse, podía sentirlo. Mi mirada se desvió a la suya, su sonrisa era algo permanente en su rostro pero en esta ocasión era diferente. Gin posicionó su lengua en mi verga, exploró las texturas, girando y agitando, haciéndome temblar. Me empujé más profundo en la boca de ella, su mano derecha frotando alrededor de la base del glande, acariciando lo que había dejado de tomar. Ella de nuevo, comenzó a succionar, y devuelta, aplicando una mayor presión. Abajo y hacia atrás y luego de nuevo a la polla. Mis caderas bombearon con cada caricia, hasta que no pude ir tan lento, cada empuje era más profundo y Gin me tomó entero, agarró mis bolas y siguió ejerciendo más y más presión, alternando la boca, la lengua y la mano. La garré por su cabeza con ambas manos, sacudí mis caderas, metiendo mi polla entre sus labios, sintiendo el roce de sus dientes. Luego la suave cabeza de mi verga presionó contra ella y el mundo se volvió una llama blanca detrás de sus ojos.
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