Ir al contenido principal

El Reloj.

Me agarró de la cintura y me arrastró hasta la mesa de su despacho complaciéndome con sus mejores besos. Con total decisión bordeó con los dedos mi camisa y tocó la piel de mi cintura subiendo por el interior de la prenda hasta alcanzar mis pechos que masajeó y retorció hasta provocarme un pequeño grito ahogado. Fue brusco de improvisto pellizcó con dureza uno de mis pezones y su boca entonces abandonaron mis labios para aliviar el dolor que acababa de proporcionarme, succionando y chupando mis pezones de una manera deliciosa.

Me subió entonces encima de su escritorio tirando todo lo que había allí, por un momento me dio por pensar en la mujer de la limpieza pobrecilla todo el trabajo que tendría aquí. Sus manos levantaron mi camisa dejando mis pechos al descubierto, sus ojos brillaban con ardor y sus manos recorrieron con el dedo índice y corazón la línea de mis caderas ese roce provocó una oleada inmensa de calor en mi interior que rápidamente se centró en mi vagina. No había ansiedad en sus caricias, no era como las veces anteriores esta vez era diferente, no era rudo sino amable, como si me quisiera de verdad y con esto pretendiera demostrármelo. Me levantó y me puso a horcajadas sobre él, me besó en los labios con una pasión increíble devorándome con su lengua y succionándome, termina de quitarle el resto de la camisa con desesperación y de repente me coge por las caderas colocándome sobre su tremenda erección pero antes de penetrarme por completo me mira unos instantes fijamente a los ojos, y lo que vi era puro amor. Me di cuenta que no dejaba de mirarme mientras entraba y salía de mi interior con cada dura embestida que se hacía cada vez más fuerte, y se estaba conteniendo demasiado por que estaba empezando a sudar.

El tic tac del reloj de la oficina y nuestras respiraciones entrecortadas saturaban mis oídos haciendo que alcanzase el orgasmo inmediatamente.











Entradas populares de este blog

Intense

Lo necesitábamos, ese nivel de intimidad, antes de la separación. El dulce y suave tacto de sus labios sobre mi piel hizo que se me erizase el vello sentir sus dedos en mi cuerpo quemaba lentamente a medida que intensificaba las caricias. Anhelándolo para que me abriera y se arrastrara dentro de mí. Su aliento era cálido contra mi cuello mientras me arrancaba la ropa interior exponiéndome al húmedo y sofocante aire que nos rodeaba. Fue algo muy primitivo, la forma en que me agarraba y me miraba. Me tensé al instante cuando su mano recorrió mi muslo interno, mi respiración se convirtió en un largo suspiro.  Temblaba ante su contacto mientras se guiaba hasta lo más profundo de mí ser, en un instante me había rendido completamente a él, como siempre había hecho, como siempre iba a hacer. En un intenso forcejeo, sin dejar de poseer mi boca, me hizo tambalearme hacia atrás y entonces me reclamó. Mi cuerpo se tensó alrededor del suyo mientras pedía una liberación que pudiese eliminar...

Vuelo en Escala 2.

Llegamos al hotel y mientras subíamos a nuestras respetivas habitaciones no dejábamos de mirarnos a los ojos, de pronto y con una pausada sonrisa que hace estremecer todo mi cuerpo, me atrapa con sus manos y vamos cuesta abajo, nos besamos y abrazamos entre risas. Al entrar a la habitación, lo único que miramos es donde está la cama, a la porra todo lo demás. De inmediato siento sus manos que me desnudan y me acarician a la vez, mordiéndonos y besándonos mientras nos miramos, sacándole la camisa desabrochando su pantalón, notando sus manos bajo mi vestido, bajo mis bragas… manos rápidas que me excitan, que me hacen gemir, manos fuertes que me hacen vibrar como nunca antes me había pasado. Caemos sobre la cama desnudos, ansiosos, tocándonos, acariciándonos… cae sobre mi cuerpo y mis piernas enlazan su cintura, ahora no podemos contenernos y lo quiero dentro, su miembro se frota en mi sexo y me penetra de golpe haciéndome gemir, se mueve rápido dentro de mí, estoy completamente a su merc...

Gin & Nick 2.

GIN. Tuve que aguantar el aliento cuando él presiono ahí, mis músculos pulsaron ante una fresca ola de calor, humedeciéndome aún más. Levanté las caderas tratando de coaccionarlo a ir más profundo. Pero él saco su pene y un gemido de protesta salió de mi interior. Nick empujó hacia arriba, balanceándose sobre sus rodillas y un brazo. Abrí los ojos para mirarlo como tomaba su pene, y me volvía a atormentar pasando la cabeza de su miembro por mi pelvis. Su sonrisa era malévola y sexi. Su pene, resbaladizo y húmedo, casi se deslizó hasta el fondo.  - Nick… No tuve que pedirlo dos veces. Un sólido empuje y su rígido miembro se condujo profundo dentro de mi sexo, llenándome rápido, robándome el aliento. Abrí mi boca para gritar, pero ningún sonido salió, medio latido después mis pulmones jadearon en busca de aire, parecía que se me había olvidado hasta como respirar. Nick me sostuvo detrás de sus rodillas, presionando mis piernas hacia atrás. Esa posición colocaba mi sexo haci...