Llegamos al hotel y mientras subíamos a nuestras respetivas habitaciones no dejábamos de mirarnos a los ojos, de pronto y con una pausada sonrisa que hace estremecer todo mi cuerpo, me atrapa con sus manos y vamos cuesta abajo, nos besamos y abrazamos entre risas. Al entrar a la habitación, lo único que miramos es donde está la cama, a la porra todo lo demás. De inmediato siento sus manos que me desnudan y me acarician a la vez, mordiéndonos y besándonos mientras nos miramos, sacándole la camisa desabrochando su pantalón, notando sus manos bajo mi vestido, bajo mis bragas… manos rápidas que me excitan, que me hacen gemir, manos fuertes que me hacen vibrar como nunca antes me había pasado. Caemos sobre la cama desnudos, ansiosos, tocándonos, acariciándonos… cae sobre mi cuerpo y mis piernas enlazan su cintura, ahora no podemos contenernos y lo quiero dentro, su miembro se frota en mi sexo y me penetra de golpe haciéndome gemir, se mueve rápido dentro de mí, estoy completamente a su merced en ésta posición y sonriéndole pícaramente me giro sobre él, sin salir, tengo la necesidad de cabalgarle… sus manos se clavan en mis nalgas, no sabía que nadie pudiera empujar tanto, pero le siento muy dentro de mí y mi pecho busca sus labios, golpeando su cara, sintiendo sus dientes, en una galopada fuerte y salvaje, una carrera a contrarreloj hacia el deseo, mi cuerpo se vence a sus embestidas y le entrego todo entre gemidos y sudando.
Me voltea sobre la cama y sube mis piernas apoyándolas en sus hombros, acerca su miembro todavía erecto y empuja agarrando mis muslos, mordiendo mi pierna, entrando en mí con una fuerza primitiva que me hace agarrar las sábanas y contener mis gritos, sus movimientos se vuelven más convulsos, sus gemidos también, le noto volcarse dentro de mí y noto su cuerpo sobre el mío, abrazándonos, buscando nuestras bocas, besándonos. Pasados unos minutos, noto como poco a poco el sueño se va apoderando de mi ser…Despierto entre sus brazos, todavía no es de día, quizá no sean más de las seis de la mañana. Le miro como duerme, y es entonces cuando me doy cuenta de que hace veinticuatro horas no le conocía de nada, empiezo a pensar que no sé dónde me estoy metiendo, ni lo que pretende él ni lo que yo pretendo, pero ¿por qué no aprovechar? Y vuelvo a darme la vuelta para dormir entre sus brazos.
Me voltea sobre la cama y sube mis piernas apoyándolas en sus hombros, acerca su miembro todavía erecto y empuja agarrando mis muslos, mordiendo mi pierna, entrando en mí con una fuerza primitiva que me hace agarrar las sábanas y contener mis gritos, sus movimientos se vuelven más convulsos, sus gemidos también, le noto volcarse dentro de mí y noto su cuerpo sobre el mío, abrazándonos, buscando nuestras bocas, besándonos. Pasados unos minutos, noto como poco a poco el sueño se va apoderando de mi ser…Despierto entre sus brazos, todavía no es de día, quizá no sean más de las seis de la mañana. Le miro como duerme, y es entonces cuando me doy cuenta de que hace veinticuatro horas no le conocía de nada, empiezo a pensar que no sé dónde me estoy metiendo, ni lo que pretende él ni lo que yo pretendo, pero ¿por qué no aprovechar? Y vuelvo a darme la vuelta para dormir entre sus brazos.
Comentarios
Publicar un comentario