Ir al contenido principal

Doctor 1

Allí estaba él, otra vez. Apoyado en el muro, misma hora, mismo lugar, las dos de la madrugada. Y él nunca fallaba, cada vez que giraba la esquina para volver a casa de un duro día de trabajo en el hospital ahí estaba. Era un hombre poco mayor que yo rondaría los treinta y pico, un chico no muy alto pero tampoco de estatura corta. De pelo castaño al igual que sus ojos, tenía una dulce mirada, siempre que pasaba por su lado para ir a mi edificio me daba las buenas noches cortésmente y podía ver una dentadura perfectamente blanca, a decir verdad también tenía una bonita sonrisa. No comprendía por qué ese chico estaba ahí apoyado todas las noches desde hacía unos días. Si fuese un violador o psicópata me habría hecho algo ya, pero simplemente se limitaba a darme las buenas noches con una sonrisa y una voz grave pero tranquilizadora, de ese tipo de voces que relajan a una como diciendo "todo está bien, no te preocupes por nada". Todas las noches antes de dormir pensaba sí lo había podido ver antes pues el caso era que me sonaba su cara, pero no estaba completamente segura, como llegaba demasiado agotada para seguir dándole vueltas en mi cabeza acabada por dormir lo poco que podía siendo médico neuróloga en la uci. Nada me producía más satisfacción que poder salvarle la vida a una persona y ayudar en todo para ello, realmente había nacido con esa vocación que dicen tienes que tener para ejercer la medicina y yo siempre lo había tenido presente, con mucho esfuerzo y sacrificio lo conseguí hace unos años. 


Estaba teniendo un sueño realmente precioso cuándo me llamaron del hospital despertándome de un sobresalto. Otra urgencia más, las odiaba por el hecho de que no me gustaba que las personas enfermasen y pudiesen morir, sé que es el ciclo vital, que sin muerte no existiría vida etc. etc. Pero nunca me gustaba llegar al hospital y ver a todos los familiares preocupados, llorando, chillando o incluso muchos de ellos perdiendo los papeles, es entendible porque seguramente cualquiera de nosotros en su situación reaccionaria la del mismo modo. Cuando llegué lo más rápido qué pude con mi Yamaha, al entrar había un doctor donde se supone debería estar yo. Era un chico joven rondaría la mayoría de edad, accidente de tráfico, chavales, alcohol, carreras ilegales... Ya saben cómo puede acabar esto. Volviendo al tema, el doctor en cuestión, me miró e inmediatamente me dio instrucciones, entre ambos le salvamos la vida al joven que apenas llegó con respiración. Al terminar e ir a lavarnos y quitarnos las mascarillas, bata y demás. Me quedé petrificada. ¡Era él! El joven que venía en mi esquina era el doctor que tenía ante mis ojos, se ve que me quedé mucho tiempo mirándole porque noté como se ruborizaba. 


-¡Hola chica morena! 

-Tu, ¡tú eres el de chico de todas las noches! ¿Se puede saber qué haces?  ¿No serás un acosador?  ¿¡O peor aún un violador!? 


-Nada de eso, simplemente me ves allí desde hace unos días porque suelo perder las llaves de mi piso y espero  a un cerrajero, es la quinta vez que me sucede desde que vivo ahí.  


-¿Y no has pensado en engancharte las llaves a un llavero o al móvil? ¿O tener una copia en el coche y otra aquí?  No se digo yo, siendo tan despistado... 


-Pues nunca lo había pensado pero lo haré. Por cierto,  no me recuerdas pero soy  Jamie el amigo de tu hermano,  la última vez que nos  vimos tú tenías dieciséis años y yo  veinticuatro.  Has cambiado mucho y al fin has logrado lo que querías, ser médica. 


-Jamie... Hostia put... JAMIE!! Madre mía como no me di cuenta antes, el caso es que notaba  algo extraño que me decía que nos conocíamos,  tú también has cambiado mucho... 


-Mira Cataleya, sí quieres mañana podemos quedar a cenar  en mi casa, yo no tengo  guardia y acabo de ver que tú tampoco, así podemos ponernos al día. ¿Qué me dices morena? 


-Que sí, mañana por la noche estaré allí. ¿Te llevo o has venido en coche? 


-Pues estaba aquí y mi coche está en el taller así qué sí no te importa... 


-¡Claro que no! Venga sube, además vivimos al lado

Comentarios

  1. Me gusta bastante como narras, las expresiones y la forma de hablar son tan cotidianas, tan reales, que te metes en el relato de lleno. Ha sido corto pero desde luego merece la pena leerlo :)

    Voy con la siguiente parte, sigue asi!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Intento hacerlo lo más real posible, para eso está la escritura, para hacerla llegar al lector y que la sienta de verdad.

      Gracias por los ánimos, ¡un beso!

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Vuelo en Escala 2.

Llegamos al hotel y mientras subíamos a nuestras respetivas habitaciones no dejábamos de mirarnos a los ojos, de pronto y con una pausada sonrisa que hace estremecer todo mi cuerpo, me atrapa con sus manos y vamos cuesta abajo, nos besamos y abrazamos entre risas. Al entrar a la habitación, lo único que miramos es donde está la cama, a la porra todo lo demás. De inmediato siento sus manos que me desnudan y me acarician a la vez, mordiéndonos y besándonos mientras nos miramos, sacándole la camisa desabrochando su pantalón, notando sus manos bajo mi vestido, bajo mis bragas… manos rápidas que me excitan, que me hacen gemir, manos fuertes que me hacen vibrar como nunca antes me había pasado. Caemos sobre la cama desnudos, ansiosos, tocándonos, acariciándonos… cae sobre mi cuerpo y mis piernas enlazan su cintura, ahora no podemos contenernos y lo quiero dentro, su miembro se frota en mi sexo y me penetra de golpe haciéndome gemir, se mueve rápido dentro de mí, estoy completamente a su merc...

Return 2.

Hablaron por todo lo que habían pasado ambos, sobre las relaciones que había tenido Iron y Tere no quedó muy conforme. De repente él le agarra de la mano y acercándola la besó.  - Confía en mí, ninguna de ellas podía compararse contigo Tere. -respondió con sinceridad, su voz ronca y una profunda resonancia para sus propios oídos.  Tere se lamió los labios, retirando la mano de su boca. Ella se inclinó y apretó la boca a la suya. Era como un arma de fuego en el cuerpo de Iron. El entrelazó sus brazos, su mano se deslizo bajo el cabello de su cuello. Iron inclinó su boca sobre la suya con un gruñido hambriento, salvaje. Ella gemía desde la parte baja de la garganta y separó los labios para él. Probó calor y dulzura contra de su lengua. Iron la quería sin ropa, quería su piel desnuda en sus manos y frotarla contra él. Quería que sus piernas se separaran, su enorme verga dentro de ella y sus gemidos y suspiros resonando en sus oídos. Por el momento, era todo lo que podía pen...

Universe 2.

 Y ahí está esperándome de nuevo.. qué ganas de besarle y nos fundimos de nuevo en un abrazo que sólo él sabe dar. Porque sé que en el momento menos pensado sentiré tu clavada fuerte y eso es lo que más deseo que me tomes así, que entres en mí de golpe sentir que no hay nada y que de pronto estoy llena de ti. Siento tus manos apretándome, frotándome, tus dedos entran en mi sexo y mis manos se clavan en tus muslos apoyándome en ellos, cabalgando sobre ti, sintiendo en mi nuca tu aliento y tus mordiscos. Cada vez me frotas más fuerte y quiero explotar esta primera vez rápido, desde que hemos entrado en la habitación no ha cesado ese hormigueo y tengo urgencia de sentirlo, de mojar tus dedos, de correrme sintiendo tu respiración en mi oído. Mi cuerpo se retuerce, se balancea hacia delante para acabar con mi espalda pegada a tu pecho intentando recobrar la respiración, algo que resulta muy difícil porque lejos de pararte sigues clavándote con ansia dentro de mi sexo, sólo que has aprov...