Tras pensar largo y tendido por fin he decidido romper esta relación que se llevaba la mejor parte de mí, ésta relación que no llegaba a buen puerto y desde el principio debí haberme dado cuenta de ello, aunque quizá siempre lo he sabido y no me he querido dar cuenta pues no dicen aquello de ¿ojos que no ven, corazón que no siente? Este último intento por salvar lo insalvable, más ahogado ya que el famoso barco del Titanic, pero estoy tranquila con mi decisión, empezar de nuevo me ilusiona aunque al mismo tiempo me llena de miedo e incertidumbre. Acabo de aterrizar en Ålesund, la lluvia moja la pista de aterrizaje y en lugar de ver el paisaje me fijo en la figura de un hombre que pasa a mi lado. Recuerdos están en mi cabeza y quiero que se queden ahí para ser sincera, adaptándolos a mi manera, cogiendo lo bueno, desechando lo inservible, lo dañino, lo malo, lo tóxico en general vamos a ser realistas. Resulta que mi vuelo ha tenido que hacer otra escala por el mal...