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Encuentro.

ABEY.

Él me miraba con ardor, con verdadera pasión. Cálidos labios presionaron un beso en el muslo interior, un cosquilleo caliente se precipitó a través de todo mi cuerpo. La lengua firme de Josh trazó la carne en mi pierna donde encontró mi sexo, mis muslos temblaban con la sensación, luego me mordió en el interior del muslo izquierdo. Sólo un pequeño mordisco, pero me hizo saltar y envió una sacudida de placer a todo mi ser.


- Sí. -Jadeé sin aliento, echando hacia atrás la cabeza y cerrando los ojos.


Levanté las caderas y sentí el cabello sedoso de Josh rozar mi muslo cuando él se inclinó y movió la lengua sobre mi. Entonces lo hizo de nuevo, esta vez empujando con la ayuda de los dedos. Su lengua apretó otra vez, bastante firme para extender los músculos apretados, pero a la vez suave para no hacer daño. Josh permaneció allí jugando con la apertura virginal mientras sus dedos bombeaban mi sexo, su mano acariciando mi clítoris. 

Un placentero temblor traspasó mi vientre. Mis muslos temblaron, los músculos en mi sexo pulsaron, húmedo y necesitado. Realmente lo que quería era sentarme a horcajadas sobre él, pero Josh seguía torturándome. Sus labios eran fuertes, pero muy suaves. La lengua de Josh recorrió primero el labio inferior, probando mi lengua, seduciéndome dentro de su boca, casi como el primer beso que nos dimos. Su gran mano cubrió la parte trasera de mi cuello, manteniéndome presionada contra sus labios. Este sentimiento tan maravilloso. Hormigueos recorrían mi piel desde su cabeza hacia la punta de los dedos de los pies. Pude saborear whisky escoses en su beso. Su mano masajeó el pecho, encontrando el duro y deseoso pezón. Josh jugó con el, yo gemí al notar el mordisco ahí, y caí a su tacto, con las caderas presionando su ingle. Lo quería. Ahora. Quería que llenase el vacío entre mis piernas.


JOSH.

Me puse de rodillas, recogiéndola en mis brazos, presionando todo su cuerpo contra el mío propio. La dura línea de mi polla presionaba contra sus muslos. La tomé de nuevo por la boca, frenético, con hambre. Con uno de los brazos rodeaba su espalda, y dejé caer la otra mano hacia su culo. Apreté. Duro. La levanté y presioné su coño contra mi polla, la necesidad por ella estaba clara, tan clara como la mía propia.  Sus dedos largos y delgados tocaron con ligereza la cabeza de mi verga, las venas viscosas bombeaban a lo largo de todo el eje. Mi mirada se desvió a la suya, su sonrisa era algo permanente en su rostro pero en esta ocasión era diferente. Abey posicionó su lengua en mi pene, exploró las texturas, girando y agitando, haciéndome temblar. Me empujé más profundo en la boca de ella, su mano derecha frotando alrededor de la base del pene, acariciando lo que había dejado de tomar. Ella de nuevo, comenzó a succionar, y devuelta, aplicando una mayor presión. Abajo y hacia atrás y luego de nuevo a la polla. Mis caderas bombearon con cada caricia, hasta que no pude ir tan lento, cada empuje era más profundo, y Abey me tomó, agarró mis bolas y siguió ejerciendo más y más presión, alternando la boca y la mano. La garré por su cabeza con ambas manos, sacudí mis caderas, metiendo mi polla entre sus labios, sintiendo el roce de sus dientes. Luego la suave cabeza gorda de mi verga presionó contra ella y el mundo se volvió una llama blanca detrás de sus ojos. 


ABEY.

Tuve que aguantar el aliento cuando él presiono ahí, mis músculos pulsaron ante una fresca ola de calor, humedeciéndome aún más. Levanté las caderas tratando de coaccionarlo a ir más profundo. Pero él saco su pene y un gemido de protesta salió de mi interior. Josh empujó hacia arriba, balanceándose sobre sus rodillas y un brazo. Abrí los ojos para mirarlo como tomaba su pene, y me volvía a atormentar pasando la cabeza de su miembro por mi pelvis. Su sonrisa era malévola y sexi. Su pene, resbaladizo y húmedo, casi se deslizó hasta el fondo. 


- Josh…



No tuve que pedirlo dos veces. Un sólido empuje y su rígido miembro se condujo profundo dentro de mi sexo, llenándome rápido, robándome el aliento. Abrí mi boca para gritar, pero ningún sonido salió, medio latido después mis pulmones jadearon en busca de aire, parecía que se me había olvidado hasta como respirar. Josh me sostuvo detrás de sus rodillas, presionando mis piernas hacia atrás. Esa posición colocaba mi sexo hacia arriba y él se acercó sobre sus rodillas para introducir toda su verga tan profundo dentro de mí como mi cuerpo se la permitiera. Las caderas de él bombearon, haciéndome el amor rápido, entrando profundamente hasta que sus bolas golpeaban contra el trasero. Mi respiración se detuvo, tuve que echar la cabeza hacia atrás y mis caderas se movían contra las de Josh, frenéticas, mientras la presión aumentaba y grité, doblando los dedos de los pies, empujando la cadera fuerte contra la de él, y con los músculos presionando.




Josh empujó hacia dentro cada vez más fuerte y rudo. Su pene aún estaba duro como la roca, impaciente por llegar. En segundos, la presión se había reconstruido dentro de mí. Creo que podía sentir cómo se aproximaba mi orgasmo, la manera en que su pene me llenaba, empuñado en lo profundo de mí ser, rápido y hambriento, llegando a la cúspide del placer por igual. Quedando completamente saciados.




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