Ir al contenido principal

All you want 1.

La verdad, era bastante incómodo hacer planes con una persona a la que no conoces de nada y ni siquiera sabes cómo es realmente pero por una vez, sería lo que yo quería. 


-¿Te apetece una copa? Intentó parecer tan segura como cuando estaban cenando en el restaurante, pero estaba muy nerviosa


-Sí, por supuesto. Contestó en tono suave.


Alma empezaba a sentir vértigo y notó una oleada de calor de los pies a la cabeza. Él estaba muy cerca, con sus labios prácticamente pegados a su oreja, y una especie de corriente eléctrica de una intensidad hasta entonces desconocida para ella la invadió. Aquel hombre hablaba de sexo sin mencionarlo, de tal forma que no se podía pensar en ello como si fuese pecado, ni aunque hubiese estado en un convento Por fin asintió. Estaba cardíaca.



-Sólo tienes que decírmelo o por el contrario, si quieres, podemos tomar algo tranquilamente en esta terraza, e irme a mi casa. Prosiguió él, sin apartar la vista de aquellos ojos castaños que le devolvían la mirada más asustados que deseosos de lujuria y desenfreno.  


Se acercó de nuevo a ella para ponerla en tensión. Le encantaba ver cómo reaccionaba. Y comenzó a quitarle toda la ropa.



Alma se decidió a colaborar. Pet le gustaba mucho y ¿por qué no disfrutar de él? Quizá nunca más volviera a tenerlo en su cama. Lo besó con más fuerza y comenzó a recorrerle el torso con las manos al tiempo que le desprendía de su ropa. 



Pet sintió un escalofrío nada habitual al sensual contacto de la mujer, pero intentó ignorarlo y, sobre todo, disimularlo. Le hacía sentir cosas para las que no estaba preparado. Tiró de la camiseta de ella para poder acariciarle la piel y no la prenda. 



Alma tembló al contacto e interrumpió el beso para mirarlo. Se estaba perdiendo en él y estaba segura de que, si seguía, aquello le cambiaría la vida.



Pet le quitó lentamente la camiseta sin apartar la mirada de ella. Tenía un cuerpo bien definido, pero no excesivamente delgado, proporcionado en su justa medida. Era preciosa. Le puso una mano al final de la espalda y la acercó a él para retomar sus labios. Estaba tan a gusto con aquella mujer que estaba empezando a olvidarse todo.



Sin dejar el beso, fue empujándola lentamente hasta una mesa escritorio que había junto al sofá, la subió encima con las piernas abiertas y acercó su miembro para rozarse con su sexo. 



Alma sólo pudo jadear. El beso, sentir su piel contra la de ella y la presión en su sexo con su pene ya hinchado, casi le hizo estallar. Demasiado tiempo sola.



-Tranquila Alma. -Susurró Pet, mirándola un momento. 



-Mírame y dime qué quieres. Qué necesitas de mí.



Le costó mirarlo. ¿Cómo le iba a decir que quería que la penetrara allí mismo, sin más miramientos?



-A ti. Ahora -Contestó, decidida a no perder la oportunidad, con la voz entrecortada.



-¿Me quieres dentro de ti? -Insistió, porque ahora había deseo en
ella y quería verlo en sus ojos un poco más.



-Sí. jadeó ante la presión de Pet de nuevo contra su sexo.



Aquel hombre era perfecto y él lo sabía, jugaba con ello. La garró por las caderas acercándola hacia su miembro sólo para que lo sintiera en su piel.



La besó de nuevo y con los pechos al descubierto, le acarició uno con la mano y suavemente fue deslizando su boca hasta llegar al otro. Alma ahogó un grito al sentirlo por todas partes y se sujetó bien a la mesa, porque no quería caerse. En cuanto ella se sintió libre, abrió más las piernas, momento que Pet aprovechó para acercar el pene a su vagina sin penetrarla aún y rozarle el clítoris. Alma se agarró fuerte a su cuello. Todas sus terminaciones nerviosas parecían haberse activado de golpe con ese contacto y la mesa ya no le bastaba para sostenerse. Pet comprobó que estaba más que lista para que la penetrase aún así quería cerciorarse de ello.



-¿Estás preparada?



-Sí- Jadeó, aunque deseaba no haberlo dicho de ese modo.










Comentarios

Entradas populares de este blog

Intense

Lo necesitábamos, ese nivel de intimidad, antes de la separación. El dulce y suave tacto de sus labios sobre mi piel hizo que se me erizase el vello sentir sus dedos en mi cuerpo quemaba lentamente a medida que intensificaba las caricias. Anhelándolo para que me abriera y se arrastrara dentro de mí. Su aliento era cálido contra mi cuello mientras me arrancaba la ropa interior exponiéndome al húmedo y sofocante aire que nos rodeaba. Fue algo muy primitivo, la forma en que me agarraba y me miraba. Me tensé al instante cuando su mano recorrió mi muslo interno, mi respiración se convirtió en un largo suspiro.  Temblaba ante su contacto mientras se guiaba hasta lo más profundo de mí ser, en un instante me había rendido completamente a él, como siempre había hecho, como siempre iba a hacer. En un intenso forcejeo, sin dejar de poseer mi boca, me hizo tambalearme hacia atrás y entonces me reclamó. Mi cuerpo se tensó alrededor del suyo mientras pedía una liberación que pudiese eliminar...

Gin & Nick 2.

GIN. Tuve que aguantar el aliento cuando él presiono ahí, mis músculos pulsaron ante una fresca ola de calor, humedeciéndome aún más. Levanté las caderas tratando de coaccionarlo a ir más profundo. Pero él saco su pene y un gemido de protesta salió de mi interior. Nick empujó hacia arriba, balanceándose sobre sus rodillas y un brazo. Abrí los ojos para mirarlo como tomaba su pene, y me volvía a atormentar pasando la cabeza de su miembro por mi pelvis. Su sonrisa era malévola y sexi. Su pene, resbaladizo y húmedo, casi se deslizó hasta el fondo.  - Nick… No tuve que pedirlo dos veces. Un sólido empuje y su rígido miembro se condujo profundo dentro de mi sexo, llenándome rápido, robándome el aliento. Abrí mi boca para gritar, pero ningún sonido salió, medio latido después mis pulmones jadearon en busca de aire, parecía que se me había olvidado hasta como respirar. Nick me sostuvo detrás de sus rodillas, presionando mis piernas hacia atrás. Esa posición colocaba mi sexo haci...

Return 2.

Hablaron por todo lo que habían pasado ambos, sobre las relaciones que había tenido Iron y Tere no quedó muy conforme. De repente él le agarra de la mano y acercándola la besó.  - Confía en mí, ninguna de ellas podía compararse contigo Tere. -respondió con sinceridad, su voz ronca y una profunda resonancia para sus propios oídos.  Tere se lamió los labios, retirando la mano de su boca. Ella se inclinó y apretó la boca a la suya. Era como un arma de fuego en el cuerpo de Iron. El entrelazó sus brazos, su mano se deslizo bajo el cabello de su cuello. Iron inclinó su boca sobre la suya con un gruñido hambriento, salvaje. Ella gemía desde la parte baja de la garganta y separó los labios para él. Probó calor y dulzura contra de su lengua. Iron la quería sin ropa, quería su piel desnuda en sus manos y frotarla contra él. Quería que sus piernas se separaran, su enorme verga dentro de ella y sus gemidos y suspiros resonando en sus oídos. Por el momento, era todo lo que podía pen...